Vistas de página en total

En este blog comparto en primera persona cómo fue mi salida de España, qué me llevó a ello y como conseguí llegar a mi primer destino: Las Islas Maldivas. Tras un par de años de idas y venidas, mil aventuras y muchos sentimientos encontrados, mudarme a Australia se convierte en mi siguiente meta. Mi historia de amor y la superación a mí misma me llevan a concluir una maravillosa etapa en Sydney, y tras pasar por Singapur y España comienzo una nueva vida en Shanghai, China.

Esta es mi historia, es mi propia experiencia, y viajar por todo el mundo se ha convertido en mi día a día. En este blog narro viajes, aventuras y los itinerarios que he seguido, siempre elaborados por mi misma. Espero que os guste mi aventura por el mundo... y recuerda: ¡que no te lo cuenten!

Vuelta a España, que no a casa...

Durante mi viaje había estado en contacto con mi ex casi a diario... y no puedo decir que fue algo positivo, pues como había mencionado antes, había algo extraño en todo esto, su actitud me mostraba de todo menos felicidad, entusiasmo... y eso a mí me hacía sentir triste, muy triste. En el aeropuerto de Dubai mientras esperaba mi vuelo a España, el cual se supone que me haría sentir feliz y con fuerzas, recibí un e-mail suyo. Un e-mail en el que me decía que por él, no volviese a España, que ya nada importaba, que todo se había acabado y que yo podía hacer con mi vida lo que quisiera. Me pasé llorando prácticamente las 8 horas que duró el vuelo. ¿Cómo era capaz de haberme escrito algo así? Sabía que volaba de todas formas, que había dejado mi trabajo en Maldivas y que me había alquilado incluso una habitación en la ciudad donde él vivía para estar más cerca suyo pero no lo suficiente como para llegar a agobiarle. No me entraba en la cabeza que le pudiese agobiar, habíamos estado separados casi un año, se supone que ahora querríamos recuperar todo el tiempo perdido, pero no. Cuando hablamos de volver me dijo que si regresaba a España, nos veríamos escasas veces y compartiríamos limitadas cosas y yo aún así lo acepté y me fui. Me fui a intentar recuperar mi relación, recuperarle a él, recuperar la felicidad que hacía tanto que no hacía acto de presencia en mi vida. Y me alquilé una habitación en una ciudad donde apenas conocía a nadie, donde los pocos conocidos eran amigos suyos, donde la gente en su mayoría es muy artificial y superficial, donde seguiría sin tener a mis amigos y familia cerca, y donde estaba dispuesta a volver a hacer un sacrificio más por recuperarle. 

Aquel e-mail que recibí en el aeropuerto me descolocó muchísimo, no entendía nada... iba de camino, no podía evitar mi llegada, no podía dar marcha atrás, ¿que se supone que debía hacer? llorar, eso es lo que hice, y durante horas. Antes de embarcar avisé a mi mejor amigo Tomy, de que había algunos cambios de planes y necesitaría que él me recogiera en Madrid, pues iba muy cargada y mi ex no vendría a recogerme. Al llegar al aeropuerto, cansada del viaje y con los ánimos destrozados, ahí estaba Tomy, con su habitual sonrisa en la cara, esperándome con los brazos abiertos y un sin fin de cariño que sin duda me alivió el alma. Se llevó todo mi equipaje en su coche hacia Valencia, donde yo me había alquilado la habitación, pues él tenía un evento importante allí y me ayudo con el traslado de los trastos. Yo había organizado una cena con mis mejores amigas en Madrid, a las que estaba deseando ver y a las que en un principio les oculté incluso mi plan de vivir en Valencia, en la situación en la que me movía, por aquello de evitar "¿Estas loca?"

Mientras me arreglaba en la habitación del hotel en Madrid, los nervios me recorrían todo el cuerpo. Tenía una mezcla de alegría, tristeza, sentimiento de culpabilidad y un sin fin de dudas, que en definitiva me sentía muerta del miedo. 

Llegue al restaurante, y las esperé por bastante tiempo, pues como buenas chicas que son, siempre llegan tarde. Me sentía ridícula, pues en Madrid hacía frío aunque era mayo y yo iba con un vestido blanco y sandalias de tacón... Conjuntaba perfecto con el moreno de piel que traía, pero la gente de alrededor me miraba pensando de donde vendría y si me habría perdido. En fin, la primera en llegar fue Graciela... embarazadísima de Alejandra... gordita gordita y como siempre con un sentido del humor que se contagia nada mas verla, Graciela fue el alma de la fiesta, una alegría tremenda verla y unas risas impagables. Recuerdo que iba al baño cada 20 minutos, que se moría del hambre y no paraba de burlarse de ella misma para hacernos reír todo el tiempo. Me encanta el carácter de Graciela, si algo destaco de ella, es que incluso cuando las cosas van mal, ella siempre saca un chiste. He vivido con ella momentos muy tensos y complicados desde que la conozco y siempre, ha sido un placer tenerla a mi lado. 

Luego vino Lucía, mi adorable Lucía, la chica que me llevó de la mano cuando comenzó toda esta aventura de intentar separarme de mi ex. Una niña preciosa por dentro y por fuera que conocí mientras trabajé en el despacho de abogados de Garrigues en Madrid. Sensata y frágil, delicada y sentimental... Inteligente y divertida, una de las personas que más orgullosa estoy de tener como amiga. Y por último llego Lydia, mi niña querida, lista y rebelde donde las haya. Siempre con los pies en el suelo y sin pelos en la lengua, otra que hace un chiste de cualquier cosa. Que alegría me dio verla y abrazarla... ¡y que bonita es! No cabía en mí del gozo, de la felicidad que me producía estar con ellas, tenerlas sentadas en la misma mesa donde nos disponíamos a ponernos las botas, me sentí muy afortunada de tener las amigas que tengo, a las que quiero muchísimo y no pienso perder nunca. 


Durante la cena reímos sin parar, hablamos de mis viajes y aventuras, de toda la gente que había conocido, de lo contenta que me sentí en tantos de esos lugares, de todo lo que había aprendido... Ellas hacían bromas porque al no haber hablado español por mucho tiempo, me quedaba bloqueada a veces y hacía traducciones que ellas se morían de la risa... pasamos un rato muy divertido y las echaba mucho de menos. ¡Estaba súper feliz! 

De ahí nos fuimos a tomar unas copas y mi amiga Helga se unió a nosotras. Helga es adorable, súper graciosa y guapísima... hacía mucho que no la veía y me hizo mucha ilusión que viniese, lo pasamos genial. Y en mitad de la noche, la gran sorpresa…

¡¡Mi amiga Rosa!!

 Eran mas de las 2 de la mañana y se presentó allí después de trabajar para verme, no contaba con aquel gesto... estaba que no cabía en mí misma, era la chica mas afortunada del mundo por tener los amigos que tenía. Incluso mi amigo Sergio, de Sevilla, que estaba en Madrid esos días se vino a celebrar mi vuelta a España y estuvo riéndose con nosotras hasta que casi se hizo de día... 

Aunque tengo muchas anécdotas y más cosas que compartir sobre este primer contacto con España, al no ser todo tan agradable, hablaré en líneas generales... mi visita a Madrid la reduzco a amigos, felicidad y buenos momentos. 





























Leer post anterior                        Leer siguiente post

1 comentario:

  1. jejejejeje...Gran Noche si, fue lo mejor volver a verte,... pero es que siempre que tu vuelves todo se hace GRANDE!!!! Las risas, los llantos, los abrazos, los buenos momentos, las borracheras Y LAS RESACAS!!!! JAJAJAJAJAJA...TQM.....que poquito nos queda....

    ResponderEliminar