Preparativos de boda ... el traje de la hermana

Mi visita a España como he mencionado en posts anteriores, tenían dos propósitos claros: La creación de mi empresa y La boda del año, pues se casaba mi hermana Tamara. 

Mi hermana y yo crecimos juntas siempre y ambas presumimos de una infancia envidiable, pues nuestros padres se encargaron de que así fuese. Ella y yo nos llevamos dos años de diferencia, y las dos somos muy diferentes personalmente.

Aún así, tenemos muy buena relación y estamos muy unidas, y había llegado su día: 

¡MI HERMANA SE CASA! 

Ella vive en un pueblo de Córdoba desde hace muchos años y yo pues llevo otros tantos fuera de España, así que aunque no había podido estar cerca todo el tiempo que ella estuvo preparando la boda, la ayudaba en la distancia y estuve en España los últimos dos meses antes de su gran día.

Mientras estuvo en Chipiona organizamos una cena con mis grandes amigos Pili y Jesús y nosotros. Mi hermano y la novia también se apuntaron, felices con la nueva noticia de que serían papás el próximo verano.

Os dejo algunas fotitos del encuentro... 

¡Estos ratos es lo que más echo de menos de vivir fuera!

Una de las cosas que hice mientras estuve en mi tierra fue buscar mi traje para la boda. Cuando se casa la única hermana que tienes, quieres ir súper guapa y acorde al papel que tienes, pero tampoco destacar mucho pues la novia sigue siendo ella jejeje 

El color favorito de mi hermana es el rojo, y a mí últimamente es un color que me gusta llevar, me siento favorecida, viva... así que ¡ya tenía color!

Miramos en muchas tiendas pero no veía nada que me gustaba, estuve en Madrid, Sevilla, Córdoba y por supuesto buscando en Cádiz, nada. Lo que me gustaba se me iba de presupuesto y lo que entraba en mi presupuesto no me gustaba.

Hablé con una de las mejores amigas de mi madre, que es modista y costurera y le propuse hacerme el traje, ella aceptó encantada. 

Así que con un dibujo que yo misma hice en un papel, nos pusimos en marcha. Elegir la tela y comprarla no fue nada sencillo, pero ¡estaba muy ilusionada con la idea!

Planteado el tema del vestido, comprado algunos detalles para mi hermana y habiendo disfrutado un poquito de ella y los preparativos de la boda... tocaba el turno de trabajar. Harta de maletas, de autobuses, de aviones, de trenes y de estar de un lado a otro, me dirigí a Madrid, mi amada Madrid.

Lo primero que tenía que hacer era un evento gastronómico en el que trabajo en la organización hace muchos años con Mahou - San Miguel, y luego mi propio proyecto. Me esperaban unas duras pero divertidas semanas en la capital de España.

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