Ya doraditas por el sol, volvimos a Gilligan´s a probar la cena gratis que tenían. Hicimos cola durante una media hora, ¡que montón de gente! y nos dieron un bol con pasta con tomate que no sabía a absolutamente nada… fuimos al bar de la piscina porque escuchábamos música y… ¡efectivamente! un ambiente de lo más divertido. Pantallas que proyectaban deportes, música en directo y gente de toooooooooooodas partes pasando un buen rato. Nos compramos un par de cervezas y allí estuvimos riéndonos sin parar aquella noche antes de irnos a dormir.
Al día siguiente habíamos reservado para hacer parasailing en una de las agencias que hay por el centro de Cairns. Llegamos al sitio un poco tarde y después de correr bastante un poco desorientadas… y es que yo no se si es de genética o qué pero ¡que mal nos orientamos las mujeres! Pero vamos, el sitio estaba como para encontrarlo fácilmente:
La oficina era un poco cutre, pero oye, en el fondo molaba. Nos explicaron que nos darían una cámara para que nos la amarráramos a la muñeca, y que además en el barco irían dos personas haciéndonos fotos y al final del recorrido, nos darían un CD con tantas imágenes como hubiésemos hecho con las 3 cámaras. Carol y yo nos reímos, pues eso de hacernos fotos se nos daría de maravilla.
Y ya listas con todos los arneses colocados y dispuestas a pasar un buen rato sobre volando este mar tropical... ¡¡¡¡ hora de hacer parasailing !!!!
¡¡¡ Lo pasamos genial !!! Aquello nos costó unos 50€ y no duró más de una hora… pero fue muy divertido y la gente con la que lo hicimos fueron muy majos y nos hicieron disfrutar al máximo.
El camarero se venía a hacerse fotos con nosotras poniendo más morritos que Carmen de Mairena, y nosotros continuamos con nuestras risas como en todo el viaje.
Nos fuimos muy pronto a la cama, aquella noche no hubo tiempo para cervezas o fiestas… al día siguiente madrugábamos mucho para por fin ¡irnos a bucear la Gran Barrera de Coral!
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